Ricard López Pérez - Formador y Coach Coordinador Área Conciencia Empresarial - Programa RH+ |
Un paradigma, en el sentido en que lo definió el científico y filósofo
Thomas Kuhn (1922-1996), es un conjunto de afirmaciones que configuran modelos
para interpretar situaciones y problemas y que por lo tanto llevan también
implícitas propuestas de soluciones para dichos problemas.
Más concretamente y de forma resumida, un paradigma determina:
1.
En qué
debemos fijarnos.
2.
El tipo de
preguntas que hay que plantear.
3.
Como
interpretar los datos de los que disponemos.
La aceptación de un paradigma se basa en su capacidad para resolver cuantos
más problemas posibles, en especial los más relevantes. Esto no quiere decir
que un paradigma pueda resolver siempre todos los problemas que se planteen.
Por lo tanto, el cambio de un paradigma a otro suele sobrevenir cuando los
modelos antiguos se revelan ineficaces en la resolución de problemas importantes,
en comparación con nuevos modelos alternativos.
Durante mucho tiempo, existió el paradigma de que la Tierra era plana y
además era el centro del Universo. Hoy
sabemos que no es ni lo uno ni lo otro, y sin embargo seguimos diciendo: “El
Sol sale…” o “el Sol se pone…” aunque sabemos que no es así, sino que es el
movimiento de rotación terrestre el que crea los días y las noches, y que es
ésta la que se desplaza alrededor del Sol.
También sabemos que el Sol tampoco es una estrella fija, sino que se
desplaza dentro de nuestra Galaxia, la Vía Láctea, que a su vez también se
desplaza…
Pero afirmar y sostener esto, le trajo a Galileo Galilei los problemas que
todos conocemos. Este es un ejemplo de
cómo los cambios de paradigma son complejos y tardan tiempo en aceptarse de
forma generalizada, a menudo con fuertes oposiciones y resistencias.
Actualmente, el mundo económico, y por lo tanto el de la empresa, se
encuentra ante un cambio de paradigma. Los viejos modelos no resuelven los
problemas más relevantes a los que se
enfrentan empresas y organizaciones.
El paradigma que se postula como alternativo al actual, se basa en colocar
en el centro de la actividad de empresas y organizaciones a la PERSONA, al SER
HUMANO. La sociedad en general y las
organizaciones avanzarán cuando estas personas vean favorecida y potenciada su
motivación intrínseca, tal como Daniel Pink hace tiempo que difunde de manera
excelente.
En una sociedad del conocimiento, en un paradigma que permita generar valor
a largo plazo, Daniel Pink establece tres requisitos fundamentales:
1.
Implicación
del trabajador en base a tener un mínimo de seguridad en su vínculo con la
empresa: buenas condiciones laborales.
2.
Libertad y autonomía
en la ejecución del trabajo por parte de los empleados.
3.
Establecer un
propósito para la empresa y para el trabajador y que ambos estén alineados,
reconociendo al trabajador su progreso y contribución.
Durante el siglo XX, el objetivo
principal de los directivos de Recursos Humanos fue conseguir que los
trabajadores obedecieran las reglas. En
el siglo XXI, el reto para estos directivos es conseguir trabajadores
comprometidos con la empresa y que aporten a esta toda su creatividad.
Además, empresas y
organizaciones han de comenzar a ser sensibles y responsables ante el impacto
de sus actuaciones sobre su entorno, social y medioambiental. La cuenta de
resultados continúa (y continuará) siendo importante, por supuesto. Pero aparecen
otros criterios en juego, nuevos elementos y nuevas perspectivas, que plantean
nuevas preguntas:
¿Cómo consigue la empresa sus resultados?
¿Haciendo qué?
¿Cómo afecta la actividad de la empresa a su
entorno?
¿Qué aportación hace la empresa a la sociedad y al
mundo?
¿Qué se entiende por “éxito” en una actividad
empresarial? ¿Cómo se mide ese “éxito”?
Estas preguntas ponen el
foco en un nuevo modelo de relaciones, en un nuevo paradigma, donde el ser
humano es la referencia central. Las
empresas que ya se han atrevido a
aceptarlo están obteniendo sus frutos.
Las que no lo han hecho continúan ancladas en los mismos problemas de
siempre, agravados cada vez más.
El antiguo paradigma ya
no da más de sí, y no hay más que echar un vistazo ahí fuera para darnos cuenta de ello.
La cuestión ya no es si
el cambio de paradigma es posible o no. La pregunta en estos momentos es:
¿Cuándo vamos a adoptar el nuevo paradigma?
Ricardo López Pérez
Formador y Coach
ricardo.lopez@esferapersonal.com
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